Pautas para el meditador. Pablo d'Ors
Si me dices que te has encontrado con Cristo, eso significará que todavía no eres Él.
Investiga realmente en quién eres. ¿Qué has sacado en limpio tras tanto tiempo meditando? Te has
sentado, sí, pero ¿has peregrinado hacia algún sitio? No has dado ni un paso, reconócelo. Has jugado
a meditar. Haces ver que meditas para engañarte y engañar a los demás. Te has sentado a la mesa,
de acuerdo, pero no has probado bocado, de modo que te levantas tan hambriento como cuando
antes de sentarte. ¿Piensas estar así muchos años más? ¿Por qué te afanas tanto en ser un buen
chico y no dejas ya de una vez por todas todo eso, tan infantil? Eres un Cristo dormido, un Buda sin
iluminar, es decir, un fraude. No basta que digas que tienes buena intención: de buenas intenciones
están empedrados los caminos al infierno.
El maestro japonés Dogen Zenji dijo: Estudiar la enseñanza del Buda es estudiar el yo. Pues
bien, yo te digo: Estudiar la enseñanza del Cristo también es estudiar el yo. No basta que sepas esto.
Debes pensar, hablar y actuar como si lo supieras. Si no piensas, hablas y actúas como Cristo, no me
digas que sabes todo esto porque no me lo creo. Haz el favor de sentarte como se sentaría Cristo:
Cristo no se sienta tenso; Cristo no aplica una técnica; Cristo no está pendiente de cuándo suena el
gong. ¿Por qué no te das tiempo para ser quién eres? Cuando te sientes, piensa que eres Cristo
sentado a la derecha del Padre. Que estás en un trono, pues verdaderamente lo estás. Qué tienes la
visión del universo entero, pues la tienes. Cristo medita ante ti como tú ante Él, no lo olvides. No
olvides que no sois dos, sino lo mismo.
Los mandamientos de la ley de Dios te ayudarán en el camino, por eso te los recuerdo:
1º Pon a Dios en primer lugar. No te olvides de Él, no seas ateo o agnóstico.
2º No tomes el nombre de Dios en vano. No vivas a la ligera, no insultes la realidad.
3º Santifica las fiestas. No dejes el culto, no dejes de cultivarte.
4º Honra a tu padre y a tu madre. No olvides tu pasado.
5º No mates. Cuida a los seres vivos y el medio ambiente.
6º No practiques una sexualidad dañina. Cultiva el amor, ten recato.
7º No robes. Se generoso, abundante, y busca la justicia.
8º No mientas. Di la verdad y habla sin ambivalencia.
9º No consientas pensamientos ni deseos impuros. No intoxiques la mente con lecturas o
imágenes perniciosas, no comas basura.
10º No codiciarás los bienes ajenos. No desees ser otro.
Temo haberte dicho demasiadas cosas, pues tanta palabra puede generar una mayor
confusión. No pienses en por qué te he escrito todo esto, piensa sencillamente en lo que te he
escrito. Pero piénsalo brevemente, no hace falta que te devanes los sesos; luego ponlo en práctica lo
antes posible. No es difícil, solo hay que hacerlo.
Si te olvidas o te vas 100.000 veces en una sentada, ¡qué maravilla! Tienes 100.000
ocasiones para volver a Dios. Sólo te digo que vuelvas a Dios: tu vida debe ser un regreso a la casa
del Padre. Cuando vuelves estás en Él, eso es lo que has de descubrir: un paso son todos los pasos: si
has visto un destello, ya lo has visto todo. A Dios no le puedes ver un poco: o le ves o no le ves. O
has dado en la diana o no has dado. Pon el foco en Él y el trabajo está hecho.
Debes darte cuenta de que poner el foco en Él es lo mismo que ponerlo en ti, exactamente
lo mismo. No puedes llegar a Él sin llegar al mismo tiempo a ti. Tú eres la porción de Dios que te
corresponde, la que puedes ver; solo tú puedes ver eso, nadie puede hacer el camino que tú estás
llamado a hacer. Medita todo esto día y noche. No lo guardes en una carpeta o en un archivo hasta
que no te resulte totalmente claro. A las palabras que nos alimentan hay que volver una y otra vez
hasta que se nos abren; luego puedes tirarlas, debes tirarlas, puesto que pueden llegar a ser
contraproducentes para ti. Si ya estás al aire libre, ¿para qué quieres una ventana? Debes mirar a la
ventana hasta que te canses y saltes por ella.
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