Un fenómeno ambiguo. Francesc Torralba
La ambigüedad es inherente al fenómeno deportivo, pues es algo intrínseco a la condición humana. Somos ambiguos y sólo a través de la acción se aclara la ambigüedad, pues mediante ella, uno revela cómo es, cómo trata a los demás, qué prioridades tiene. En un campo de fútbol se puede expresar lo mejor de la persona, pero también lo peor. Como dijera el filósofo y Premio Nobel de Literatura, Albert Camus (1913-1960), uno puede aprender lo fundamental de la vida jugando al fútbol, pero también es verdad, se puede añadir, que en un estadio de fútbol puede incorporar toda suerte de malos hábitos y vicios. El deporte, en la medida en que es una actividad humana, es un reflejo del mismo ser humano y de la sociedad en la cual vive. La obra revela al ser de la persona. Por el modo cómo un ser humano realiza una actividad, la que sea, enseñar, curar, cuidar, cocinar, dirigir, o jugar al fútbol, se manifiesta la naturaleza de este ser humano, su carácter, su tesón, sus habilidades, sus rasgos mor