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Mostrando entradas de marzo, 2022

LA GUERRA. María de la Válgoma

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 Comienzo a escribir este artículo en el día en que se cumplen ocho desde que Rusia invadió sorpresivamente Ucrania, en la madrugada del 24 de febrero. Y comienzo a escribirlo, porque es difícil no hacerlo (aunque hacerlo también lo es), no hablar de la guerra, que es, al menos por ahora, lo que más nos ocupa y preocupa a casi todos. El hecho de que vuelva a haber una guerra en un país europeo era, hasta hace bien poco, impensable. En suelo europeo las ha habido, no podemos olvidar las cruentas guerras en la antigua Yugoslavia, que hizo que ese país se dividiese en seis, una guerra terrible, pero fue más bien una lucha de etnias, dentro de la propia Yugoeslavia, no un país invadido por otro, lo que no sucedía desde el final de la Segunda guerra mundial. Para que no hubiera más guerras, se crearon las Naciones Unidas, que al grito de “nunca mas” pretendían sobre todo trabajar por mantener la paz y la seguridad internacional, además de defender cualquier violación de los Derechos Humanos

La mirada de San Juan de Ávila. Jesús Sánchez Adalid

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 Durante las últimas semanas he estado escribiendo el guion de un documental sobre San Juan de Ávila, cuya filmación se iniciará dentro de unos días por una productora audiovisual experta en historia. Sin embargo, aunque el tema histórico es ineludible, he procurado que no fuera una mera exposición biográfica, y ni mucho menos una hagiografía al estilo de las tradicionales vidas de santos. En cambio, he buscado acercarme al personaje con una mirada libre de ideas o sentimientos previos, y de los tópicos y resabios de las narraciones cándidas y edulcoradas. Esto no es fácil cuando se trata de cualquiera de los hombres y mujeres de la pléyade de santos que proliferan en la España de los siglos XVI y XVII, y que forman parte de nuestro imaginario con unas personalidades y unas características muy peculiares. Juan de Ávila me ha dado mucho que pensar. Al penetrar en sus hechos, en sus escritos y en el influjo que toda su persona produjo en sus contemporáneos, acabo rindiéndome ante la mism

ALTO Y CLARO. Francisco Vázquez y Vázquez

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 Con profunda tristeza no exenta de una creciente indignación, los católicos españoles contemplamos como día tras días surge una nueva información que asocia a la Iglesia, tanto española como universal, con actividades delictivas o con conductas moralmente reprobables. El procedimiento siempre es el mismo. Una noticia difamatoria para la Iglesia se transforma inmediatamente en una cadena inacabable de titulares, artículos, tribunas de opinión, editoriales y entrevistas que terminan desembocando en columnas periodísticas autodenominadas de investigación, convirtiéndose en inapelables tribunales condenatorios. La siempre machacona, exhaustiva y continuada difusión “urbi et orbi” de estos reportajes se canaliza a través de los medios de comunicación públicos y de los poderosos grupos mediáticos privados, todos ellos empeñados y al servicio de una estrategia impulsada por el gobierno actual y los partidos políticos que lo sostienen, que busca el desprestigio social de la Iglesia Católica,

EL PALACIO DE LA MEMORIA. GIANFRANCO RAVASI

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 Mega biblíon mega kakόn: “un libro demasiado grande es un gran mal”. Tal afirmación, atribuida al poeta Calímaco, se convirtió en una máxima de la poética alejandrina, amiga de los epigramas breves y mordaces. Por su parte, Flaiano aseguraba que hay libros “tan pesados que te hacen pensar… en otra cosa”. Sin embargo, esta vez, nos referiremos a un libro pequeño, nacido a partir de una conferencia en la Biblioteca Apostólica Vaticana, escrito por Ivano Dionigi, rector emérito de la Universidad de Bolonia y finísimo exégeta de textos clásicos y de eventos contemporáneos. Al recorrer sus treinta páginas se descubre un rico sustrato de lecturas, citas y alusiones a un vasto horizonte humanístico. El título del volumen se explicita a través de una imagen, el Palacio de los recuerdos, del que hablaba San Agustín en el libro X de las Confesiones. De ahí se entiende que Dionigi aluda en primer lugar a la Memoria, cuya residencia privilegiada es la Biblioteca, “depósito de la memoria”. De ella