LA GUERRA. María de la Válgoma
Comienzo a escribir este artículo en el día en que se cumplen ocho desde que Rusia invadió sorpresivamente Ucrania, en la madrugada del 24 de febrero. Y comienzo a escribirlo, porque es difícil no hacerlo (aunque hacerlo también lo es), no hablar de la guerra, que es, al menos por ahora, lo que más nos ocupa y preocupa a casi todos. El hecho de que vuelva a haber una guerra en un país europeo era, hasta hace bien poco, impensable. En suelo europeo las ha habido, no podemos olvidar las cruentas guerras en la antigua Yugoslavia, que hizo que ese país se dividiese en seis, una guerra terrible, pero fue más bien una lucha de etnias, dentro de la propia Yugoeslavia, no un país invadido por otro, lo que no sucedía desde el final de la Segunda guerra mundial. Para que no hubiera más guerras, se crearon las Naciones Unidas, que al grito de “nunca mas” pretendían sobre todo trabajar por mantener la paz y la seguridad internacional, además de defender cualquier violación de los Derechos Humanos