Pautas para el meditador. Pablo d'Ors
Si me dices que te has encontrado con Cristo, eso significará que todavía no eres Él. Investiga realmente en quién eres. ¿Qué has sacado en limpio tras tanto tiempo meditando? Te has sentado, sí, pero ¿has peregrinado hacia algún sitio? No has dado ni un paso, reconócelo. Has jugado a meditar. Haces ver que meditas para engañarte y engañar a los demás. Te has sentado a la mesa, de acuerdo, pero no has probado bocado, de modo que te levantas tan hambriento como cuando antes de sentarte. ¿Piensas estar así muchos años más? ¿Por qué te afanas tanto en ser un buen chico y no dejas ya de una vez por todas todo eso, tan infantil? Eres un Cristo dormido, un Buda sin iluminar, es decir, un fraude. No basta que digas que tienes buena intención: de buenas intenciones están empedrados los caminos al infierno. El maestro japonés Dogen Zenji dijo: Estudiar la enseñanza del Buda es estudiar el yo. Pues bien, yo te digo: Estudiar la enseñanza del Cristo también es estudiar el yo. No basta que sepas